Amiga de antaño.
Soledad que me acompaña mientras acomodo algunas palabras; ¿por qué te han confundido con apatía?, ¿por qué te acompañas de preguntas silenciosas?. Te disfrazas de misterio y miradas concurridas, te escondes desde adentro y esperas cautelosa. Te llaman y te alejan, te escuchan y se llenan de disfraces de colores y tapones de libertad.
Temen tus susurros y sus implicaciones, te esquivan cual letal proyectil, pues tú hablas desde el fondo y sin piedad, tú no sabes de lamentos, sólo dices la verdad.
Sólo solo en la soledad, es como me escucho sin chistar, emergiendo los demonios ocultos y el dulce respirar. La compañera perfecta tan irreal, más siempre eres de cuidar un exceso de tu encanto y la conexión puede fallar, enemiga del material, más sus secretos callados te los tienes, la simple soledad tan sencilla como el hielo y frágil de olvidar.
Acompaña mi camino pues cordura sabes dar, el más sabio y el más loco toman té en tu regazo, permite que beba de tu fuete mientras medito o avanzo. Tantos recuerdos compartimos pues siempre tuviste una memoria más privilegiada que la mía y cada que puedes me revives trozos de tu compañía. Ahora soy un loco que habla contigo y me fascina la idea, tengo tanto que agradecerte que hasta te haría una cena romántica.
La bendita soledad que me seduce, no soy fácil de engañar, pues tú jamás exististe pero que bellos momentos das.
Nunca te reprocharé nada vieja amiga, pues me enseñas cada día; muy buena compañera pues jamás has sido celosa, que lindo invento resultaste pero sin darme cuenta te dieron sabor y forma.
Ahora que lo pienso formas parte de mis compañías, aquellas que están, pero silenciosas, tal ves sólo fuiste alguna de ellas y yo por darte nombre y sentido te llamé amiga Soledad.
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