Extra extra
Cuando miro las noticias suelo preguntarme ¿En qué pensamos los humanos?; ¿dónde quedó la compasión y la hermandad?, ¿a dónde se fue la sonrisa del niño y los atardeceres en ciudades devastadas?, ¿por qué cambiamos la miseria por la dicha?. Desastres naturales nos golpean, pero algunos guerreros siguen de pie, aun cuando perdieron a sus hijos y a sus padres. Matanzas justificadas por creencias y dogmas de fe parecieran ser el pan de cada día para algunos que viven lejos pero que se siente su dolor tan cerca. Abuelos abandonados esperando la muerte con ansias, jóvenes que cierran los ojos mientras se dirigen al abismo sin intención de regresar, madres de hierro que hacen milagros para mantener el pan en la mesa, millones de extraños caminando por la calle tan solitarios sin darse cuenta que aquel vagabundo es su semejante y tiene más en común de lo que se imaginan, todos caminando en el mismo viaje y pareciera que preferimos hacerlo solos.
Las lágrimas suelen contar tantas historias, algunas de dolor y otras de dicha, pero esas historias se deslizan por la mejilla y desaparecen en la soledad, dejando un rastro en el alma, ¿por qué no compartirlas? ¿por qué nos da miedo que nos vean llorar? seguramente es muy importante mantener la compostura en una vida tan dura; pero las lágrimas tarde o temprano aparecen cuando perdemos a alguien, ya sea que siguió su camino en la vida o terminó su aprendizaje en este plano material; las lágrimas se desbordan cuando sientes el amor más sincero de abrazar a tu hijo recién nacido; cuando ríes en exceso y pareciera que todo desaparece en la felicidad del momento; cuando una película te recuerda lo solo que te sientes o la dicha de seguir vivo. Unas gotas que emanan de la ventana del alma, aquellos ojos que nunca saben mentir.
Alguna vez creí perder a mi mejor amigo, a mi hermano, estaba desaparecido y no existía razón, vi a mi familia en momentos de angustia y desesperación todos hablábamos a los hospitales, a amigos cercanos, pero llega un momento en donde las posibilidades se terminan y no sabes a dónde más mirar, yo sólo recuerdo que mi mamá llamaba histérica por teléfono esperando una noticia alentadora, mi papá recorriendo la ciudad sin saber a dónde ir, mi hermano el más grande acompañado de su novia buscaban al otro lado de la ciudad, mis tíos en mi casa seguían buscando una respuesta hablando a la policía y comunicándose a emergencias en un intento de encontrar a mi hermano después de haber sufrido un accidente, todo era caos, angustia, lágrimas, oscuridad..... yo perdía tanto, sentí que se me escapaba, yo era un puberto ¿qué podía hacer? sin darme cuenta había tomado un camión no sabía a dónde me llevaba, o qué hacía ahí, sólo sabía que quería encontrar a mi hermano no importaba cómo ni dónde, en ese momento lloraba desconsolado, el mundo desapareció y sólo quería ver una cosa, aquel ser humano con el cual había compartido momentos del alma, resulta obvio que muchas personas me vieron pues había muchos pasajeros, en este momento me pregunto ¿por qué nadie se acercó a preguntarme qué me pasaba? tal vez necesitaba escuchar: "no te preocupes todo estará bien" pero nunca lo escuché, después no recuerdo mucho no sé como regresé, o qué hice o a dónde fui sólo recuerdo estar en mi casa en una noche oscura como nunca pero tan llena de luz cuando abracé a mi hermano de nuevo. Sabes creo que la gente no podemos arreglar los problemas de nuestros semejantes pero tenemos la magia de la palabra, la grandeza de una sonrisa, la virtud del abrazo, ojalá me hubiera encontrado en aquel camión con un ser humano que se hubiera compadecido de un joven con lágrimas, no hubiera pedido mucho en verdad, tan sólo unas palabras de aliento, hubiera dado mucho por eso, pero la realidad fue diferente.
Hoy soy consiente de lo que soy, un ser espiritual teniendo una experiencia material, que comparte un mundo y una misión, que río, siento, lloro, camino y grito como Tú, soy un hombre que lucha contra corriente, mi propio ego, pero todos estamos igual, riendo y llorando simultáneamente en esta vida, a veces se pierde pero siempre se gana sea cual sea tu aprendizaje siempre se gana.
Recordar esto me da fuerza para mirar de frente a un "desconocido" y decirle buen día, mirar a las personas de siempre, a mi familia, y decirles "te quiero mucho nunca lo olvides", sonreirle a un niño y decirle adiós mientras va en la parte trasera de un auto, no tengo nada que perder pues soy de sonrisa fácil, sólo me queda ganar momentos inesperados, momentos cotidianos, detalles de luz.
Comparte más y piensa menos, cuando miro las noticas y me pregunto: ¿En qué pensamos los humanos?; ¿dónde quedó la compasión y la hermandad? prefiero salir a la calle y aportar un granito de luz con una sonrisa y un buenos días, tal vez algún día alguien le sonreirá y le dirá buenos días a un desamparado por acordarse que un extraño tuvo el mismo gesto en una ocasión. Si comparto las lágrimas de alguien más, tal vez un día alguien desconocido comparta las mías cuando lo necesite. Somos millones de personas y parece que no queremos averiguar que la vida cambia con millones de sonrisas, haz el intento dime: ¿qué tienes que perder?
Pd: Recuerda vibrar en el amor, pues lo es todo.
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