De Amarillo y Cabello recogido
Una chica singular, una amiga de chorcha de aquellas con las que el tiempo desaparece y la magia en las palabras aparece, temas miles y sonrisas incontables, bromas y comentarios incoherentes fueron la norma en nuestras charlas. Un poco de esto y un tanto de aquello.
Su mirar y el caminar te hacían voltear, su energía y viveza no pasaba desapercibida, rodeada de personas o el radio contestaba, pero siempre haciendo algo y nunca se quejaba. Un ser humano magnífico al que recuerdo con mucho cariño y aprecio, pues siempre tenía una sonrisa para compartir y en los momentos de estrés un comentario creativo que subía los ánimos.
El tiempo pasa cual relativo es, entre ocupaciones, trabajo y pésima administración de agenda perdimos contacto, un año, y pasaron los meses, año y medio y fue cuando la encontré de nuevo.
Sin esperar en un lugar muy concurrido de pronto apareció, una blusa amarilla llamativa, el cabello recogido y no recuerdo más de su atuendo, la vi de perfil y mi corazón dio un brinco de emoción, decidí acercarme y tomarla por sorpresa de espaldas, le tapé los ojos y al instante la solté, un abrazo instintivo resultó pero noté algo diferente en ella, de momento no sabía si fue su voz, o tal ves sólo mi impresión, las preguntas de rigor ¿cómo estás? ¿qué has hecho? no se hicieron esperar, más como de costumbre yo sus ojos miré, y fue ahí que descubrí que faltaba algo.
Hoy me pregunto ¿a dónde fue tu brillo?, miré tus ojos y no había mucho, te sentí apagada y confusa, fastidiada y casi derrotada, hoy con tristeza escribo estas palabras, pues no puedo entender porqué la gente renuncia a lo más valioso que tiene, no comprendo como te puedes olvidar de ti mismo, de tus sueños, anhelos, alegrías, ¿por qué sacrificas todo por un trabajo que te hace ser otra persona?
Abandona todo lo que quieras pero jamás a ti mismo, ¿a donde fue tu brillo? dime que sólo fue un mal día y que estabas cansada, inventa cualquier pretexto pero jamás repitas esa mirada, esos ojos que hablaban de felicidad los vi llorar sin lágrimas que derramar. Amiga espero volverte encontrar, sin palabras que cruzar espero que tus ojos me digan, ¡¡Aquí estoy más viva y costeña que nunca!!!
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